dilluns, 21 de març del 2011
DE
Mañana empieza la primavera. Las hojas de los árboles de mi calle han empezado a brotar y el aire viene cargado de aromas distintos. A los corazones en duelo, heridos, los cambios de estación les despiertan tristezas, miedos y añoranzas recientes y antiguas. La nueva vida lo inunda todo, es imparable y cuesta horrores seguirle el ritmo. Esta primavera del 2011, además, anuncia con fuerza cambios distintos y profundos. No es una primavera suave, no, la que comienza mañana. El mundo no es el mismo desde que nuestros hijos se fueron, pero lo cierto es que ahora el mundo no es el mismo para nadie. Dicen los entendidos que la crisis que estamos viviendo es necesaria para acabar con una forma de relacionarnos con el planeta y entre nosotros mismos que ya no sirve, está caduca.
Mercè Castro Puig
dimarts, 15 de març del 2011
"Si tuviese que volver a criar a mis hijos, usaría más el dedo índice para pintar y menos para señalarles faltas; les corregiría menos y conversaría más con ellos; daría más caminatas, volaría más cometas, les abrazaría más...y les reprendería menos.
Les apoyaría más, edificaría antes su amor propio y la casa después...Les enseñaría menos acerca del amor al poder y más sobre el poder del amor"
(Diane Loomans)
dilluns, 14 de març del 2011
"Educar en libertad me parece la cosa más difícil del mundo. La más necesaria. Y es difícil porque hay padres que, por afanes de libertad, no educan. Y padres que, por afanes educativos, no respetan la libertad. Hacer ambas cosas a la vez es acaso como construir un círculo cuadrado. Algo que sería imposible si no existiera el milagro del amor."
J.L. Martín Descalzo "Las razones de su vida"
dimecres, 9 de març del 2011
MIS FANTASMAS Y YO
Estoy en casa desde hace un montón de días convaleciente de una neumonía que me ha dejado sin fuerzas. Y así, del sofá a la cama, sin energía para leer ni un libro, no he tenido más remedio que conversar con mis fantasmas. Ayer, sin ir más lejos, estuvimos todo el día de visita la tristeza, el miedo y yo. Los dos me echaron en cara que desde hace tiempo los esquivo y no tuve más remedio que darles la razón. Es cierto, desde hace un par de meses una nube oscura me ha estado rondando y yo me he ido haciendo la loca, intentando evitar la tormenta con excusas, hasta que el Universo, que es sabio, se ha sacado de la manga una parada obligatoria para reunirnos a los tres, sin prisas, en la intimidad de mi casa. Para romper el hielo, hemos estado jugando a las cartas. Cuando reparte la mano mi viejo conocido el miedo, un velo espeso y gris lo cubre todo y me pierdo en las penumbras de mi vida. Con el pecho oprimido me lleva a un bucle que parece no tener salida. Allí me quedo hasta que voy levantando una a una las cartas que me atemorizan. Solo cuando me tiene entre las cuerdas recuerdo que todo pasa, que el amor lo puede todo, que volveré a tener fuerza, que resistirme no sirve de nada, que poco antes de que llegue la luz del amanecer la oscuridad es intensa. La tristeza, que me quiere, intenta limpiar mi angustia con el llanto. ¡Me cuesta tanto llorar cuando tengo miedo! De estas tormentas salgo agotada pero contenta; he limpiado un poco más a fondo, creo, mis heridas. El miedo, satisfecho, ya se ha ido. Hoy solo me ha hecho compañía, a ratitos, la tristeza. Es más dulce, menos intensa.
Publicado por Mercè Castro PuigCuanta razón tiene, y eso que ha pasado mucho tiempo desde que su hijo se fue.
