diumenge, 4 de març del 2012

AIRES DE PRIMAVERA


Una herida grande como la que produce la muerte de un hijo o de otro ser inmensamente querido, no se cura sin más con el tiempo. El dolor es caprichoso y, de pronto, tal vez al doblar una esquina y sentir un aroma familiar o la calidez de la brisa en la cara, rebrota con el mismo vigor con que despierta la vida cada primavera. Por eso, aunque sean dolorosos, los cambios de estación son buenos porque piden a gritos renovación. Dejar ir, cambiar de ropa y darle la vuelta al alma.Todos arrastramos tantos miedos y dolores, y la vida es tan imprevisible y corta, que vale la pena centrarse en el placer y la belleza antes de llegar a nuestro último suspiro con la sensación de haber desaprovechado una oportunidad preciosa para ser felices. Y precisamente ahora que todo está tan revuelto y la atmósfera rezuma preocupación y tristeza, creo que a todos nos iría bien crear en nuestros corazones un oasis de alegría y esperanza donde pudiéramos reír y descansar en paz.El dolor y el miedo pueden servir para despertar, pero no son buenos compañeros para trayectos largos. Si les damos poder y tiempo acaban paralizándonos. Por eso propongo que esta primavera, que ya se huele, tendamos al sol nuestros pequeños o grandes momentos de amor puro, de amistad sincera, de alegría serena… Así, el aire perfumado de las flores nuevas, junto a nuestros mejores deseos, suavizará la incertidumbre y aliviará nuestro desasosiego.
En la contra del diario ‘La Vanguardia’ leí que el médico tibetano del Dalái Lama prescribe sonreír sin ganas hasta que lleguen las ganas. Creo que darnos permiso para reír con ganas es un bonito regalo para nuestros seres queridos muertos, un regalo precioso para todos.


 
Publicado por Mercè Castro Puig

1 comentari:

Flor Serra ha dit...

Hola! Soy Florencia Pietrangelo. Me emocionó muchísimo encontrar en su blog algo que escribí por y para mi hijo. Que le haya llegado hondo y haya decidido compartirlo. Le dejo mi mail por si algún día tiene deseos de conversar o de sentirse acompañada: florenciapietrangelo@gmail.com
La estaré esperando. Muchísimas gracias. Flor.