dimarts, 29 de setembre del 2009



APRENDÍ A VIVIR


Qué cómo aprendí a vivir
y cuándo aprendí a querer?.....
¿Qué cómo aprendí a sufrir?....
¿Cuándo?.... ¿cómo?....
te diré....

Aprendí a mirar las estrellas,
alumbrando los sueños con ellas.
A mirar los colores del viento
y a sentir el sabor del silencio.

Aprendí a encender ilusiones
y a escuchar hablar los corazones,
con palabras calladas,
con matices de mil sensaciones.

Cuando un día el dolor tomó mi mano,
conocí de frente a la tristeza,
la pena y el llanto se marcharon,
al sentir el amor y su grandeza.

La soledad, querida compañera,
la que con tanto miedo rechazaba,
me mostró la paz y la armonía
de los momentos que con ella estaba.

Comprendí el sentido de las cosas
viviendo el amor y la desdicha,
sintiendo la alegría y la tristeza,
conociendo lo breve de la vida.

Aprendí el valor de la paciencia,
a calmar los vientos de mi ira,
a llenar con mares de esperanza
las zonas más oscuras de mi vida.

Anónimo

dissabte, 19 de setembre del 2009

Con el amor y la comprensión adquirimos la perspectiva de la paciencia infinita. ¿Por qué tienes prisa?. En cualquier caso, el tiempo no existe, sólo te lo parece. Cuando no experimentas el presente, cuando el pasado te absorbe o te preocupa el futuro, transmites pena y dolor a tu ser.El tiempo es una ilusión. Incluso en el mundo tridimensional el futuro sólo es un sistema de probabilidades. ¿Por qué te preocupa tanto?.

Debes rememorar el pasado y, a continuación, olvidarlo. Déjalo ir.Tanto los traumas de la infancia como los de las vidas pasadas, y también las actitudes, las falsas ideas y los sistemas de valores que te han sido impuestos, y los antiguos pensamientos, todos los pensamientos. ¿Cómo puedes percibir algo de una forma clara y nueva con todos los pensamientos que llenan tu mente?. ¿Qué ocurriría si tuvieras que aprender algo nuevo y desde una perspectiva diferente?.

Deja de pensar y utiliza tu sabiduría intuitiva para experimentar de nuevo el amor. Medita. Sé consciente de que todo está relacionado. Percibe tu verdadero ser. Percibe a Dios.

La meditación y la visualización te ayudarán a pensar menos y a iniciar la vuelta atrás. Entonces tendrá lugar la sanación. Empezarás a utilizar la parte de la mente que normalmente no usas y percibirás y comprenderás la verdad. Entonces te convertirás en una persona sabia y encontrarás la paz.

Brian Weiss

divendres, 18 de setembre del 2009

Tus muertos resucitarán "para ti", cuando hayas aceptado que "murieron ", sólo los recuperas en su regreso, cuando aceptaste su partida".
¡No es posible la alegría del reencuentro, sin sufrir el dolor de la despedida!

¡No te mueras con tus muertos:
déjalos dormir su tiempo como duerme la oruga en la crisálida, esperando la primavera para hacerse mariposa!

Dios no es menos Dios, más justo o más injusto, más bueno o más malo, cuando naces que cuando mueres.

No te mueras con tus muertos:
muéstrales más bien, que como el árbol podado en el invierno , lejos de morirte, retoñas vistiendo tu desnudez, devolviendo frutos por heridas!

Acepta y date cuenta, que tus muertos te plantean un serio desafío: el de tener una respuesta para el sentido de tu vida.

Ante tus muertos queridos tu corazón tiene mil interrogantes y tu razón, ninguna respuesta. Resolverás mejor la cosa, cuando preguntes menos y aceptes más.

Las flores que regalas a tus muertos hablan de la vida y la esperanza. También en tu corazón duermen la vida y la esperanza esperando que tú las despiertes para seguir viviendo esperanzado.

No te mueras con tus muertos: míralos marchar por su camino, hacia la meta, y aprende la lección que ellos te dejan, diciendo que tu andar de peregrino, también tiene un final al que te acercas...!

Más que con la frialdad de los mármoles, más que con suntuosos monumentos y grandilocuentes discursos, honra a tus muertos con una vida digna.

No te mueras con tus muertos: despídelos, como despides las aguas del río que van al mar, sabiendo que volverán mañana nubes, y serán lluvias sobre tu rostro!

Así como los cirios encendidos se queman y derriten dando luz y calor en la despedida de tus muertos que tu corazón no se derrita en vano, quemándose en el fuego del dolor, sino que arda en las llamas del amor y en la luz de la esperanza.

No te mueras con tus muertos

Vive este invierno de dolor que te desnuda como quitándote la vida: pero, recuerda que la savia duerme para retoñar y florecer en primavera!
¿Por qué apenarte...?

¿Sabes que, cuando lloras a tus muertos, lloras por ti y no por ellos? Lloras porque los perdiste, porque no los tienes a tu lado. Porque, si todo concluye con la muerte, tus muertos ya no están, ni siquiera para sufrir por haber muerto: y si la vida continúa más allá de la muerte, ¿por qué apenarte por tus muertos?

Cuando hayas terminado de aceptar que tus muertos se murieron dejarás de llorarlos y los recuperarás en el recuerdo para que te sigan acompañando con la alegría de todo lo vivido...

No te mueras con tus muertos: recuerda que donde ardió el fuego del amor y de la vida, debajo de las cenizas muertas, quedan las brasas esperando el soplo, para hacerse llamas!

No frenes tus lágrimas cuando llegan, ni fuerces el llanto cuando se alejan. No dejes de llorar porque alguien lo reprueba, ni te obligues a llorar porque si no: "¿Qué dirán los otros?" Respeta tu dolor y tu manera de expresarlo.

No te mueras con tus muertos: déjalos partir, como parten las golondrinas en otoño, para anidar en otros climas y volver más numerosas y crecidas en otra primavera.
Las lágrimas que ocultas, el dolor que escondes y la protesta que callas, no desaparecen; quedan al acecho del momento en el que puedan estallar. Y es mejor que lo vivas todo a su tiempo y en su hora... como otro nacimiento.

Tú y yo sólo vemos una cara de la muerte, la del otro lado se nos escapa.

No te mueras con tus muertos: déjalos que vayan como esa semilla que se lleva el viento, no por el capricho de llevarla, sino para sembrarla en algún lado, aunque tú no sepas dónde... a la hora de cosechar ...

Tus muertos no están en el cementerio.Nunca estuvieron ahí, salvo cuando vivos. Me preguntas dónde están...? Y no puedo responder por ti. Yo sé dónde están "para mí" los míos: pregúntate tú a ti mismo dónde crees que están "para ti" los tuyos.
El cementerio es como un surco donde se arrojan las semillas. Ningún sembrador vuelve a remover la tierra para buscar las semillas ya sembradas; regresa al campo a la hora de cosechar espigas...

No te mueras con tus muertos: diles tu adiós, esperanzado, como despides el sol en el ocaso, la luna y las estrellas en la aurora, sabiendo que a su turno y a su hora todos volverán hacia tu encuentro.

Estos días de dolor profundo, grises de tristeza, de soledad y de silencio, son como el tiempo del invierno para las plantas... Pero confía en la vida, que es siempre más fuerte que la muerte! Para que retoñe tu alegría y florezcan tus ganas de vivir.
... que te contagien su alegría...

No te mueras con tus muertos; llévalos vivos en tu amor y vive con ellos tus recuerdos! Sería triste y penosos que tú te dejaras morir.

Mientras esperas que tus muertos regresen como si no hubieran muerto, les impides volver de otra manera, a ocupar un lugar en tu corazón y en tu recuerdo. Es una ley de la vida: no se goza despertar de la aurora sin pasar por la muerte del ocaso.
Tus muertos se van por una puerta, que tú no puedes trasponer ahora! Porque se cerró tras ellos. No los esperes ahí...! Despídelos, para que puedas correr y espéralos llegar por otra puerta, al final! De tu duelo...!

Si buscas un camino para reencontrarte con tus muertos, no lo busques, llorando, en tu pasado; búscalo, más bien, esperanzado, andando tu camino hacia el futuro.

(Desconozco la autoría)

LP

dimecres, 16 de setembre del 2009

Carta a Maricarmen:

He aprendido muchas cosas porque, sabes?... el dolor es un gran maestro. He sobrevivido porque es la única cosa que podía hacer...y aunque quisiera cerrar mis ojos y que el tiempo se detuviera, la realidad es que la energía de la vida parece ser más fuerte que todo... no espera ni se detiene por nada ni por nadie. Por más que yo le grite a la vida, al universo cuan injusta es tu muerte, mis gritos y lagrimas se pierden en una inmensidad que no logro visualizar... He tenido que fabricar las respuestas a mis preguntas, a pesar de haber pasado tantas horas tratando de descorrer el fino velo que separa esta vida de la otra.

Sé que este camino que transito desde tu partida es solitario... no importa cuanta gente haya a mi alrededor, me siento terriblemente sola. Tu partida me arrojo a un viaje al interior de mi misma, como nunca imagine que pudiera hacerlo... Allí he encontrado pedazos de lo que quedo de mí desde el día en que comenzó tu viaje eterno. He logrado poco a poco conseguir algo de mi viejo ser... pero básicamente me siento una nueva persona, muy frágil y pequeña muchas veces; otras con una fortaleza que solo el dolor puede dar. No logro reconocer a aquella de antes. Sé que voy a echarte de menos mientras viva y que no importa cuántos logros tenga en mi vida, ninguno será suficiente para llenar este vacío tan grande.

Desde que te fuiste, el tiempo fue alterado y pasado, presente y futuro se mezclan y coexisten. Los recuerdos de la vida que compartimos son como nubes pasajeras, livianas a veces, otras son como las nubes de una tormenta. Esos son mis peores días cuando siento el zarpazo de la nostalgia por lo que fue… He aprendido que paradójicamente, el tiempo es a la vez mi enemigo, porque me aleja de ti y mi mejor aliado porque cada día que pasa me acerca más a ti y es de la esperanza, de que algún día te volveré a ver, que me aferro para seguir adelante.

No logro dejar de pensar en lo que hubiera podido ser cuando miro la felicidad en el rostro de otras personas...y me pregunto si aprecian lo que tienen.

En fin, cariño me gusta compartir mis pensamientos y sentimientos contigo. Fantaseo que estas aquí a mi lado, leyendo estas líneas, aunque no pueda verte ni tocarte.

Quiero creer que donde estas, estas bien...

Te quiero mucho,
mami