dilluns, 12 d’octubre del 2009

Quizás la realidad más dura de aceptar en la vida es el hecho inalterable de que todo lo que nos es precioso y muy querido, finalmente, de un modo u otro, se nos arrebatará.

Entonces las cosas se modifican, los pensamientos y sentimientos cambian, los fundamentos sólidos que antes nos sujetaban sin posible agresión externa ceden, la duda se infiltra sigilosamente, el fondo cae en vertical, y nosotros nos quedamos preguntándonos en qué creemos verdaderamente y en qué podemos confiar realmente.

¿Dónde está Dios? ¿Cómo continuar creyendo?

La respuesta de Dios es ésta: Me encontraréis de nuevo cuando me busquéis de una manera más profunda, con todo vuestro corazón, con toda vuestra mente y con toda vuestra alma.

Afortunadamente: Todo lo que perdemos lo recuperamos finalmente, y de una manera más profunda.

Ron Rolheiser