Quizás la realidad más dura de aceptar en la vida es el hecho inalterable de que todo lo que nos es precioso y muy querido, finalmente, de un modo u otro, se nos arrebatará.
Entonces las cosas se modifican, los pensamientos y sentimientos cambian, los fundamentos sólidos que antes nos sujetaban sin posible agresión externa ceden, la duda se infiltra sigilosamente, el fondo cae en vertical, y nosotros nos quedamos preguntándonos en qué creemos verdaderamente y en qué podemos confiar realmente.
¿Dónde está Dios? ¿Cómo continuar creyendo?
La respuesta de Dios es ésta: Me encontraréis de nuevo cuando me busquéis de una manera más profunda, con todo vuestro corazón, con toda vuestra mente y con toda vuestra alma.
Afortunadamente: Todo lo que perdemos lo recuperamos finalmente, y de una manera más profunda.
Ron Rolheiser
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