dimecres, 15 d’octubre del 2008

ESA LUNA LLENA...

Esta mañana, iba a trabajar y aún era de noche.

De momento la luna se me ha colocado a mi izquierda.

Enseguida la he reconocido. Es la misma luna llena de hace cuatro meses.

Sí, mañana se cumplirán cuatro meses de su muerte, y de momento el dolor y el recuerdo se mantienen casi con la misma intensidad.

Esa luna, su luna, enseguida ha llenado mi mente con recuerdos de ella.

De momento, esos recuerdos, continúan siendo duros. No consigo tenerla en mi cabeza con esa sonrisa que a todos nos regalaba.

He pensado, que tal vez esa luna fue lo último que vieron sus ojos antes de abandonar este mundo.

Tenéis razón los que decís que debería traer a mi mente imágenes de ella sonriendo o recordando momentos felices, pero os aseguro, que de momento no puedo evitar el asociar mi pena con imágenes dolorosas.

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Ahí va una plegaria que he encontrado.






Cuando ya me haya ido

Cuando ya me haya ido, búscame en el horizonte, búscame en el tenue ocaso y me encontrarás con el lucero.

No te canses, no me olvides, solo... búscame.

Piensa en aquel arroyo, búscame en el agua fresca siéntela cerca tuyo y sentirás mis labios, mis besos cuál fruta tierna y fresca.

No estés triste, no llores, solo recuérdame.

Recuérdame en la sonrisa de un niño en la inocente brisa que se transforma en vendaval.

Recuérdame en las flores, en la fuente de agua viva, en el vuelo de un ave, en la luz de un candil encendido.

Cierra los ojos y escucha tu corazón, él te abrirá el cofre de los recuerdos, él, me traerá de vuelta a ti, él, te recordará que te quise, te quiero y te querré.

Cuando me haya ido, no mueras conmigo, vive por mi y por ti, hónrame así.

Nunca olvides que estoy contigo, tomándote de la mano, aunque solo la sientas como una brisa besándote y acariciándote aunque no lo creas.

Cuando me haya ido, no desesperes, no llores, búscame en tu corazón y allí me encontrarás solo para ti, eternamente.



Martín Pascual