DESPERTAR

Despierto cada día con la esperanza de que lo ocurrido sea un “mal sueño” y que te tengo a mi lado; la cruda realidad me da un zarpazo y entonces todo mi ser vuelve a romperse en mil pedazos, unos pedazos que no podrán unirse porque se han ido contigo, mi alma está destrozada.

Tal vez el tiempo calme ese dolor pero curarlo, nunca.

Tienes unas hermanas de las que has de estar muy orgullosa, bueno yo se que lo sabías y las querías con todo tu corazón, porque siempre te han ayudado, siempre han estado contigo. Ya ves cómo están, deshechas, intentando superar día a día tu ausencia.

Tu padre aunque habla poco, ya lo conoces, también lo está pasando muy mal. Más de un rato lo veo llorar en silencio para que no nos demos cuenta.

Yo, recordando algunas de las cosas que te gustaban, nuestras conversaciones, tus historias, tus abrazos y sobre todos tus besos, esos de “ruido” que a tu padre tan poco le gustaban.

Bueno hija mía, desde donde estés, cuida de nosotros, ya ves que te necesitamos; es muy duro vivir sin ti para todos, Ayúdanos.

Mírame a través de mis lágrimas

Mírame a través de mis lágrimas y no me digas que
ella está en un sitio mejor, porque …
¿Qué sitio puede ser mejor que en mis brazos?

Mírame a través de mis lágrimas y no me preguntes si
ya lo he superado, porque nunca lo superaré.

Mírame a través de mis lágrimas y no me digas que
entiendes como me siento, a menos que tu también
hayas conocido el dolor que se siente por la muerte
de un hijo.

Mírame a través de mis lágrimas, abrázame y dime
que estás aquí conmigo … O guarda un respetuoso
silencio.
Recuerda a Mari Carmen y háblame de ella.

Mírame a través de mis lágrimas y déjame llorar.