dilluns, 15 de setembre del 2008

Queridísima mamá:

¿Estás preocupada? ¿Por qué? ¿Qué te sobrepasa? ¿LA VIDA? Eso no debe ser un camino en el que anides sin razón de ser. Esta vida es este mar inmenso con un gran montón de posibilidades, donde las preocupaciones y los vaivenes a que nos somete pueden cambiar el rumbo de tu objetivo.

¿Sabes de lo que te hablo? Sí lo sabes.

Cuando te mueves por lugares pantanosos, simplemente, te hundes.

En el mar no hay lugares en los que puedes hundirte si manejas tu barca tomando el timón con la seguridad de llegar a buen puerto. No te importen el mal tiempo, el viento, las tormentas ni el desánimo porque tu navegación sea larga. Es un navegar seguro si pones tu ilusión y todo tu ser al servicio del Cielo, de tu barco terreste. ¿Por qué temes al mar si es tu Cielo? ¿Por qué temes navegar si es tu camino? Por qué temes llegar a la meta, si sabes que te espero en el puerto? ¿A qué temes, mamá? ¿Al mundo?¿Qué mundo, al cierto o al incierto, al verdadero o al imaginativo que con tanto acierto montas día a día en tu mente? ¿Te puede aún la mente? ¿A qué esperas? Alíate a ella y enséñale que sea de ayuda. Enséñale como a un párvulo las primeras lecciones: ¡las del respeto, de la paz, del amor! No te montes películas al azar; éstas te llenarán de pesar y dolor. ¿Móntate la mejor! ¡La de los cien óscars, y muéstrate estrella de ella! ¡Protagonista de la mejor historia de amor! Navega entonces con suave luz por las olas y los vendavales. Sé pájaro y a la vez nave. Baila con el viento y únete a este mar.

Confía, mamá, porque este Cielo es tu vida y tu destino. Confía siempre en mí y en todo lo que te he prometido. Nunca desfalleceré en darte armas y la luz que necesitas para arrimarte a la verdad, al acierto y a la seguridad. Esta seguridad que debes poner en manos de Dios, tu amigo, en el Cielo como meta y conmigo, porque tú sabes que cuando tus pasos sean débiles para oírlos, yo los oiré.
MARICARMEN

(Mª Dolores Estivill)